
En este exquisito segundo
de la noche
donde los pensamientos vuelan
ágiles entre los dedos
nada se esconde
al derroche de la imaginación.
Y aunque temerosa la mano tiembla
a veces
su fuerza es poderosa
estremece
Rasgando el papel
puede vestirte
de luces y colores
convertirte en el centro
de ardientes amores
hacerte diestro
o concederte honores.
Torbellino lento
pero implacable
la mente se abre
a la melodía que se escapa
de infinitas palabras
y las absorbe.
Historias miles
se desatan
con la luna de fondo
o un mar de plata
lleno de sirenas que cantan.
Puedes ser un sujeto
cualquiera
convertido en soneto
cuando la mano quiera
estatua de sal o de piedra.
El tiempo ya se quiebra
y se desvanece
ante el alba
que callada aparece
Se coronan los versos
se oyen los latidos
de la rima
abrazándose en el poema.
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