jueves, 3 de noviembre de 2011

HOMENAJE A LORCA.

Es difícil, imposible, diría yo,
poder plasmar los sentimientos
de vuestro dolor,
en los versos
de un poeta incierto.

No alcanzan las rimas
en las estrofas,
ni tan siquiera existe la prosa
que con sus palabras
pueda hablar
de las heridas
de vuestras almas,
de cómo es el desgarro
de un corazón.

Existe una gran grieta
donde la cordura se quiebra,
y la locura avanza firme,
segura.

Entre escombros,
cemento y piedras,
vuestros seres queridos,
yacen.

Y esas moradas
donde existían
alegres miradas,
están ahora destruidas
y la hiedra de sus jardines,
cubierta de polvo,
ya no treparán por sus paredes.

En tan sólo unos segundos,
el caos y la desolación,
vuestras calles,
vuestro pueblo,
asoló.

Quejidos,
ayes y gritos,
desde la tierra
esparcían su eco
hacia todos los rincones.
La lluvia de las explosiones se recuerda,
con miedo, con terror.

Unos quietos,
inmóviles
ante la sorpresa,
reflejada en vuestras caras.
La mente castigada,
de manera brutal
sin poder asimilar
lo que os sucedía.

Otros en carrera loca
sin saber siquiera,
hacia donde vuestros pasos
encaminar,
el instinto os hablaba
de que os teníais que salvar.

Lorca,
bello pueblo,
la naturaleza os despoja
de todo aquello
que tanto amabais.

Mirad a vuestro alrededor,
la solidaridad atrapó una nube
y sobre vosotros lloró su lluvia
se convirtió en fuerza y ayuda,
también en esperanza.

Se reconstruirá vuestra ciudad.
Y el poeta que hoy os escribe
desde su corazón
¡también se alegrará!