viernes, 12 de agosto de 2011

AMARTE CON TODAS LAS LETRAS



Amor, hoy quiero amarte
con todas las letras
del abecedario,
que juntas sean cometa
y dejen el calendario,
del tiempo que pasa lento
y te susurren al oído
cuánto te amo, en cada momento.

Amarte es fluir lentamente
desde mi corazón
hacia el tuyo,
querer quedarme en él para siempre.

Besarte,
tocar el cielo con mis manos,
beber el néctar de tu deseo.

Correr hacia los lugares
donde vive tu recuerdo,
callar mi grito
cuando pueda herirte.

Chocar los cuerpos enardecidos
buscando placeres secretos,
chirriar el sonido
cuando el vacío se quede.

Descender una escalera
desde lo más alto
y saber que ahí abajo
tú me esperas.

Enorgullecerme de tenerte,
estremecerse los sentidos
con tan sólo pensarte.

Florecer aún, en la primavera
germinar el fruto
a pesar de que ya no pueda.
Fundirse el hielo ante tu mirada.

Generar la fuerza para construir
gran fortaleza de sueños,
aunque sean solo quimeras.

Horadar la tierra y plantar árboles
hendiduras sin dolor de llanto
y que desde arriba se vislumbre
su manto.

Imaginar que alcanzo la luna,
inhalar el aire que tú respiras
guardarlo para ti,
aunque no me lo pidas.

Jadear ante tu insistencia,
jugar con fuego para quemarnos,
y extender los dedos
hasta tocarnos.

Que sean hogueras esos sueños
y que tú y yo, ahí estemos
para descifrarlos.

Llenar de rocío, tu escarcha,
para que llueva sobre mi cuerpo.
Llegar a estremecerme
entre tus brazos
mirándome en tus pupilas.

Nacer de nuevo en ti,
nevar la lluvia en tu cuello
y dejar que la huella permanezca.

Oropeles de colores
en la cima de una montaña,
oro a cambio de plata.

Piel y entrañas
que se unan,
postrándose ante el Dios de la tierra.

Rey de la Naturaleza
remembranza de otros reyes
que lucharon en el pasado,
con destreza.

Sabiduría en tu palabra
cuando hablamos,
saltar los dos de alegría
cuando como niños pequeños,
jugamos.

Truncando nuestros mundos
turnando las costumbres,
tú y yo siempre en la cumbre
de este amor inmenso.

Urdiendo una gran trama
urna de recuerdos felices,
donde vivirá nuestra calma.

Volátiles y difusos
veremos volar sus cenizas,
cuando seamos viejos.

Xilófono que afloja las cuerdas
y el sonido se difusa
atravesando los espacios.
Zaguán donde me tomas para
ser de tu morada, la dueña.

Amor, te he amado,
desde la “A” hasta la “Z”.

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