Susurros que se convierten en roces que se deslizan hacia todo aquel que los desee oir.
Voces que se arrastran profundas y se transforman en gritos ahogándose en la rabia e impotencia del que nada puede cambiar.
Juntos cabalgan hacia la lejanía de un horizonte sin fin.
Ahí donde tú existes irrepetible en esencia sugerente en movimientos seductora presencia
Asomando entre ramas de terciopelo te vistes de infinitos colores explosión de luces en los atardeceres lágrimas de rocío al alba que tus pétalos acaricia para los ojos eres delicia reina de las flores
Brillas eterna en todas las fiestas derrochas elegancia llena del aroma de tu fuego y allá en el duelo del triste llevas a sus ojos el consuelo con tu alma blanca.
Ay de quien te tome sin delicadeza entre sus dedos ávido e insensato en sus deseos de poseerte apartar de la tierra las raíces sin admirar tu belleza porque las espinas serán la cruel defensa de aquel que hiere el jardín que tu dominas.
Rosa, mi rosa azul o roja para mí serás siempre ¡la más hermosa!