Susurros que se convierten en roces que se deslizan hacia todo aquel que los desee oir. Voces que se arrastran profundas y se transforman en gritos ahogándose en la rabia e impotencia del que nada puede cambiar. Juntos cabalgan hacia la lejanía de un horizonte sin fin.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
DIBUJANDOTE
Tímida, mi pluma se asoma
buscando tu figura
y rasgando el papel
poco a poco te dibuja
de la cabeza a los pies.
Dedos grandes y unidos
que sienten cosquillas
y te hacen reir como a un niño.
Piernas suaves
largas pantorrillas
entre ellas yo me pierdo como nave
a la deriva.
Y cuando me agarro a tu cintura
suavemente me empujas
y me dominas
y me estremeces
cuando me giras.
Silenciosamente me arrastro
hasta tu pecho
y me acuesto en él
mullido lecho
donde se duerme un dulce sueño
y se hunde mi timidez.
Tu boca se ofrece
como el más exquisito manjar
habla y se mece
en la sonrisa
y en ella se extienden
pícaros los dientes
cuando te da la risa.
Tus ojos se iluminan
al mirarme
y llenos de luces brillantes
aún son más grandes
El cielo se prendió en ellos
y el azul infinito allí se quedo
sumergido en su profundidad
¡cuántos navíos se perdieron
en esa inmensidad!
Tus manos acarician
mis cabellos
y deslizándose entre ellos
van bajando
no importa dónde ni cuando
por el horizonte de mi cuerpo.
Silencio roto por el murmullo
de tus palabras y besos
por el éxtasis y la locura
de esta pasión y este amor
que ya no nos tortura
La noche se pierde
lentamente
la luna se evapora
y cuando la atraviesa el alba
aún me muero de ansias
¡cuando tú me amas!
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2 comentarios:
Este poema muy bien narrado provoca un orgasmo entre el texto y el lector
Gracias por tu comentario Víctor Manuel. Un abrazo.
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