Susurros que se convierten en roces que se deslizan hacia todo aquel que los desee oir. Voces que se arrastran profundas y se transforman en gritos ahogándose en la rabia e impotencia del que nada puede cambiar. Juntos cabalgan hacia la lejanía de un horizonte sin fin.
domingo, 20 de diciembre de 2009
ALCANZAR LOS LIMITES (Microrelato)
Todo daba vueltas. Estaba aturdido. Richard tardaba demasiado en tapar el agujero. El cuerpo se resbalaba. La lluvia caía implacable. No quería tocarlo. Le di un puntapié y evité su caída.
- Por Dios, ¡date prisa hombre!
- ¡Maldito imbécil!, me respondió.
Nadie sospecharía de mí por eso Yo era el tipo raro al que todos evitaban. Nunca podrían imaginar lo que se les avecinaba.
Llevaba trabajando en mi descubrimiento dos malditos años. Nadie quiso escucharme. La dirección me negó la subvención. Era cuestión de días hacer realidad mi sueño: ¡regreso a la vida! Por fin cargamos al muerto y lo llevamos al Laboratorio.
Sentí un escalofrío al tocarlo. Inyecté la solución y esperé pero me quedé dormido.
Un susurro a mis espaldas. Unos pasos. Giré la cabeza. Mi grito se ahogó en la fuerza del golpe. Antes de caer pensé que había jugado a ser Dios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola buscando nuevos blog he llegado al tuyo.
UN relato de suspense, me ha gustado vendré a menudo.
Un beso.
Josefa... gracias por tu comentario. Un placer volver a verte por aquí. Un abrazo.
Publicar un comentario